Si hay un país que simboliza la experiencia internacional que acumula Atlético desde su fundación, ese es Bolivia. Tras el sorteo de la Copa Libertadores realizado el pasado martes en Paraguay, se confirmó que el “Decano” viajará a jugar un partido al país vecino por quinta vez a lo largo de toda su historia. Un viaje que empezará a planear justamente desde hoy con la participación del cuerpo técnico y que las últimas cuatro veces que lo hizo lo hizo en circunstancias especiales.
El presidente Mario Leito y el gerente general Hugo Bermúdez volvieron ayer de Paraguay. El segundo, encargado siempre de la logística en todos los viajes que realiza el plantel de Primera, no perderá el tiempo. Hoy llamará a Ricardo Zielinski y su cuerpo técnico para coordinar lo que será el viaje a principios de febrero. Claro, el entrenador es el que debe evaluar las distintas opciones de arribo y partida del equipo, sobre todo en un destino que podría tener mucha altura sobre el nivel del mar.
Y decimos “podría” porque Atlético no conocerá su rival definitivo sino hasta el 29 de diciembre, cuando concluya el Clausura boliviano. Pero Bolivia será el destino e incluso podríamos decir que de dos o tres equipos no saldrá. Es decir, la dirigencia puede empezar a ver sus opciones para uno u otro destino.
Si el rival en la fase 2 fuera Jorge Wilstermann, hay un antecedente en el cual apoyarse. Ya sea para repetirlo o modificarlo. Bermúdez recordó justamente ayer que en 2017, cuando el equipo enfrentó a este mismo rival en fase de grupos, el equipo viajó en vuelo charter desde nuestra provincia directamente a Cochabamba. La ciudad está situada a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar pero, en ese entonces, en coordinación con Pablo Lavallén (técnico de ese momento), la delegación no tomó ningún recaudo en especial. Llegó un día antes y se instaló en la misma ciudad del partido. El equipo perdió 2 a 1, pero empezó ganando y no se lo vio tan desbordado por la situación. Igualmente de la charla entre Zielinski y Bermúdez también podrían participar algunos de los jugadores que estuvieron en ese partido y siguen hasta hoy: Cristian Lucchetti, Bruno Bianchi, Guillermo Acosta o Tomás Cuello.
Si el rival fuera Nacional de Potosí o The Strongest de La Paz (el que menos chances tiene de serlo), la historia sería otra. Una ciudad con más de 4.000 metros de altura y la otra con 3.700, obligarían a realizar el viaje de manera diferente. Tal como lo hizo el equipo cuando visitó justamente a The Strongest en 2018. Se instaló un día antes en Santa Cruz de la Sierra (el llano) y al día siguiente, horas antes del partido, recién viajó a La Paz. Todo en charter. La Conmebol sugiere llegar un día antes a la ciudad del partido pero de esa manera, Atlético logró un histórico triunfo ese año. 2-1, con un gol de Javier Toledo, otro que podría dar su testimonio de lo que fue jugar un partido de ese calibre.
El precio de los charters es lo que averiguarán los dirigentes en estos días. Para uno u otro destino será relevante saberlo.
De poco servirá el antecedente del duelo con Oriente Petrolero en 2017. El partido se jugó en pleno julio en Santa Cruz de la Sierra, con más de 30 grados de temperatura y aunque Atlético ganó 3-2, no puede ser tomado para muchas referencias. Al menos no futbolísticas.
Muy atrás quedó el primer viaje a Bolivia que realizó el equipo. Fue a fines de 1929 en una gira que incluyó a Perú y en el que jugó amistosos en ambos países. Lo curioso en este caso fue la manera de llegar a tierras bolivianas. Una manera en la que sería casi imposible llegar hoy para un equipo de fútbol profesional: en tren.
En tren o en avión, las vías cambian, pero el destino se repite y mucho para Atlético.